Tres científicos valdivianos han realizado un significativo avance en el tratamiento de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), desarrollando una droga biológica con potencial para convertirse en una terapia de precisión efectiva contra esta devastadora enfermedad neurodegenerativa.
El equipo de investigadores está compuesto por el matrimonio de bioquímicos y doctores en Biología Molecular, Cristian Droppelmann y Danae Campos-Melo, quienes se graduaron de la Universidad Austral de Chile (UACh) y llevan 15 años residiendo en Canadá. Junto a ellos trabaja Verónica Noches, de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
De acuerdo a lo reseñado por Soychile, este talentoso grupo de científicos ha desarrollado su proyecto en el Molecular Medicine Group del Robarts Research Institute, perteneciente a la Universidad de Western, Ontario. La investigación ha sido realizada en colaboración con el médico neurólogo Michael J. Strong y científicos de otras universidades tanto de Canadá como de Italia.
El Dr. Cristian Droppelmann explicó que “esta investigación se basa en el fragmento de una proteína multifuncional que bloquea la toxicidad generada por los agregados de TDP-43 y que son los causantes de la enfermedad. Esto abre grandes posibilidades para el tratamiento efectivo del ELA porque permitiría extender la vida de los pacientes y mejorar su calidad de vida”.
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la muerte de las motoneuronas, las neuronas responsables del movimiento del cuerpo, presentes en la médula espinal y la corteza motora del cerebro. Como consecuencia, los pacientes sufren una progresiva debilidad, atrofia y parálisis de los músculos de las extremidades, el tronco y aquellos que controlan la función respiratoria.
El hallazgo de Droppelmann, Campos-Melo y Noches ha generado grandes expectativas en la comunidad científica y médica, ya que ofrece una esperanza renovada para los pacientes que padecen esta enfermedad incurable hasta la fecha. La droga biológica desarrollada por el equipo tiene el potencial de convertirse en una herramienta crucial para mejorar significativamente la calidad de vida de los afectados por la ELA.
El proyecto no solo es un testimonio del talento y la dedicación de estos científicos chilenos, sino también un ejemplo de cómo la colaboración internacional puede llevar a avances significativos en la lucha contra enfermedades devastadoras. La comunidad científica global seguirá de cerca los próximos pasos de esta investigación, con la esperanza de que esta droga biológica pueda ser aprobada y puesta a disposición de los pacientes en un futuro cercano.