En 2022 solo existía un núcleo nativo implementado por el municipio y a la fecha ya son una veintena de superficies intervenidas.
A 20 llegan los espacios urbanos de Valdivia enriquecidos con flora nativa propia de la selva valdiviana. Estos denominados núcleos nativos se abren paso tras una iniciativa impulsada por la actual administración que lidera la alcaldesa Carla Amtmann, lo cual busca entre otras cosas erradicar microbasurales, disminuir el uso de agua en riego y atraer polinizadores.
Desde hace prácticamente un año el municipio de Valdivia, a través de su departamento de Ornato y el vivero municipal -que prácticamente se ha convertido en un laboratorio al aire libre- ha estado trabajando en la implementación de núcleos nativos insertados en espacios urbanos de la comuna, reemplazando de forma paulatina las plantas exóticas ornamentales de temporada.
La alcaldesa de Valdivia, Carla Amtmann, detalló que “a raíz de una visita realizada en febrero del año pasado al vivero municipal y en el contexto de los objetivos de nuestro programa de gobierno local, es que surgió la idea de ir incrementando la cantidad de flora nativa en la comuna, y no sólo por la belleza, los colores y los aromas que nos entregan, sino también porque con ello buscamos, entre otras cosas, erradicar microbasurales, disminuir de manera considerable el uso de agua en riego de ornamentación urbana, atraer agentes polinizadores, además en el marco de un cambio climático que nos afecta diariamente y que tenemos la responsabilidad de atender”.
Al respecto, Cindy Farías, paisajista que ha liderado este trabajo en el departamento de Ornato junto a Carolina Rosales, Agroecoóloga de la empresa SoloVerde, más los y las trabajadoras del vivero municipal, explica que “los Núcleos Nativos implementan un método de plantación densificada con especies de diferente hábito de crecimiento, como los son los árboles, arbustos y hierbas. Este beneficioso método se caracteriza por acelerar y estabilizar el desarrollo de las plantas, mejorar el estado del suelo y propiciar la simbiosis entre plantas, suelo, microorganismos y animales en estas acotadas áreas de biodiversidad, plantando todo con insumos orgánicos, a través de un método de restauración ecológica llamado Millawaki”.
Vivero municipal como laboratorio de biodiversidad
Farías explica, que desde marzo de 2022 comenzaron a trabajar en esta iniciativa, incorporando luego un profesional que se dedicó al ensayo de propagación y uso de plantas nativas, e invirtiendo recursos para la compra de plantas madres y generar el primer jardín nativo, prototipo experimental en el vivero municipal, con el fin de ir evaluando las condiciones las densidades y saber cómo sería la interacción y comportamiento de las especies en zonas urbanas.
Este proceso, que se ha hecho de forma paulatina, resguardando la salud de las diferentes especies, instaurando las mejores adaptadas a las nuevas condiciones climáticas que se presentan en la zona, marcó un hito en el mes de abril de 2022 al intervenir los canteros del paseo Libertad, plantando un 100% de especies nativas, entre las que se cuentan, Nalcas, Corcolenes, Chilcos, Amancay, Llaupangues, Pelúes y Romerillos.
Todo este trabajo ha llevado a un significativo aumento de especies nativas en el vivero municipal, pasando de 200 unidades de 20 especies en 2022 a 30 mil unidades nativas diversificadas en 50 especies en 2023.
Y tal como lo mencionó la alcaldesa Amtmann, esta iniciativa genera impactos directos y medibles, como lo ocurrido con la disminución de agua para el riego. Esto porque si antes se debían regar 3 litros diarios por m2 en ornamentación con plantas exóticas, ahora, para los núcleos nativos sólo se requieren 3 litros semanales, lo que se traduce en un 84% de ahorro de agua para dicho fin. Y, por otro lado, también se optimiza la mano obra al poder disminuir la mantención a cuatro veces por año y no una vez al mes, como ocurre con las especies no nativas.
Involucrar a la comunidad
Asimismo, esta práctica impulsada por la casa edilicia ha permitido erradicar siete microbasurales, como los que se ubicaban en Martínez de Rozas, Villa Pedro Montt, sector Menzel, calle Carlos Roa y en calle Irlanda, estos dos últimos con una activa participación de la comunidad.
Dicha participación también se ha fomentado en las plantaciones comunitarias convocadas por el municipio durante el último mes, con decenas de personas de distintas edades que se involucraron para mejorar su barrio, recuperando espacios en desuso para mejorar su calidad de vida.
Pero esta iniciativa, que surgió como una idea y que avanzó con el compromiso de los trabajadores del vivero municipal, en el año 2024 podría contar con el respaldo de un nuevo programa priorizado por la jefa comunal, ya que además este proyecto, que es parte del compromiso de aumentar a más del doble la cantidad de núcleos nativos existentes en la comuna, se enmarca en el plan de acción comunal de Cambio Climático. Con todo ello, la casa edilicia busca también seguir poniendo en valor el patrimonio natural y el verde que caracteriza a la capital regional.