Porque si en 2017 la Armada registró el decomiso de 86 mil gramos (g) de drogas, en su mayoría clorhidrato de cocaína, el registro en 2018 se empinó por sobre los 2 millones de g, de los cuales casi la totalidad correspondió a marihuana procesada.
“Lo que veíamos como una amenaza, ya es una tendencia. En el sentido de haberse instalado la vía marítima como una ruta de tráfico consolidada para el traslado de sustancias ilícitas”, explicó a El Mercurio, Luis Toledo, director de la Unidad Especializada en Tráfico de Drogas de la Fiscalía Nacional.
“Tenemos conciencia de que lo que se encuentra es solo una parte, muchas veces pequeña, de lo que se está comercializando a través de este medio. Esto nos obliga a estar más atentos y revisar también las vías de ingreso”, agregó Toledo, recalcando que “sabemos que efectivamente se están instalando empresas que son de papel para limpiar la ruta a través de Chile. Porque no es lo mismo salir por puertos ecuatorianos y colombianos que por puertos chilenos”, precisó.
Según datos del Observatorio del Narcotráfico en Chile, basados en informes sobre tráfico marítimo de drogas, entre 2012 y 2018 se registraron cerca de 60 incautaciones de cocaína en puertos extranjeros proveniente de terminales chilenos. El total de los decomisos llegaron a 10.523,74 kg.
Para Toledo, la inquietud por la salida de drogas no se limita a su impacto en el contexto internacional.
“Cuando llegan cientos de kilos de drogas a Chile, lo preocupante es que parte de esa droga también se queda en el país. Y, también, surge el fenómeno asociado a la narcocriminalidad, como es la corrupción”, concluyó.
JLB/Aton Chile