Los chilenos y extranjeros que vivan en el país podrán acceder de manera gratuita a la píldora que previene el VIH, llamada profilaxis de preexposición (PrEP), a contar del primer trimestre del próximo año.
La información aparece hoy en El Mercurio, que también consigna que la medida fue anunciada por el Ministerio de Salud en mayo pasado como parte del Plan Nacional de VIH/sida, y que consiste en una píldora que se toma a diario y que reduce hasta en más de 90% el riesgo de adquirir el virus de la inmunodeficiencia humana.
La iniciativa se suma a otras medidas preventivas que buscan contrarrestar el fuerte aumento de la epidemia a nivel local: según el último informe de ONUSida, Chile está entre los diez países en donde más han aumentado los nuevos casos en el planeta.
“La implementación de esta medida, así como el test rápido, ha sido más lenta de lo que queríamos, porque no se contaba con una infraestructura para llevarlas a cabo”, reconoce el doctor Carlos Beltrán, presidente de la Corporación Sida Chile y asesor del Ministerio de Salud en el tema, quien confirmó el inicio en la entrega de la profilaxis preventiva para los primeros meses de 2019.
Se trata de una herramienta recomendada por la OMS y que ya lleva años de uso en EE.UU., Australia y Europa. En América Latina, Brasil, México y Perú ya lo incorporaron a sus estrategias de salud pública.
En Chile, “quienes den negativo en los tests, podrán someterse a una evaluación de conductas de riesgo para ver si son candidatos a recibir el PrEP”, explica Beltrán. Además, la terapia estará disponible para personas que tienen sexo sin protección, que han tenido más de una pareja en los últimos seis meses, que tienen pareja sexual con VIH y sin tratamiento, que hayan tenido una infección de transmisión sexual en el último año o que ejerzan el comercio sexual.
Si bien esta pastilla ya estaba disponible en forma particular (a un costo de $450 mil, en promedio), la idea de entregarla en forma oficial y sin costo busca también protocolizar su uso y terminar con el mercado negro.
“El PrEP debe ir asociado a un control y chequeo médico. En gente sana se debe evaluar, por ejemplo, la función hepática y renal, que pueden verse afectadas”, comenta la doctora Claudia Cortés, vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf).
Otro riesgo es que personas que tienen VIH sin saberlo y acceden a la pastilla -o se contagian pese a usarla, porque el riesgo es mínimo, pero existe, sobre todo si no toman otras medidas preventivas-, pueden volverse más resistentes al tratamiento contra el virus, advierte Iancu Cordescu, director ejecutivo de la Fundación Chile Positivo.
“Mucha gente fuera de los grupos de riesgo conoce muy poco del tema. El PrEP ayuda a prevenir el VIH, pero no otras enfermedades de transmisión sexual”, añadió.
El protocolo implica hacer un chequeo cada tres meses a personas sanas que reciban la pastilla, tal como ya lo están haciendo desde este año algunos centros de salud que implementaron programas con este medicamento, a un precio menor (alrededor de $65 mil mensuales).
Uno de ellos es el Hospital Clínico U. de Chile, que acaba de realizar por segundo año consecutivo una campaña gratuita y masiva de detección rápida del VIH. En esta ocasión, además, incorporaron una carpa en la que se daba información sobre el PrEP. Más de mil personas participaron de la jornada.
“Hay mucho interés, sobre todo de la gente joven. Algunos ya tenían información y otros ya lo compraban afuera”, cuenta el doctor Alejandro Afani, inmunólogo y director del Centro de VIH del hospital. “En los países en donde se ha implementado esta terapia han disminuido dramáticamente los contagios y casi no tienen nuevos casos. Eso sí, esta no es una estrategia aislada, sino que debe ir combinada con otras medidas preventivas”.
Eso incluye la educación sexual, el uso de condón masculino y/o femenino, y la pareja única, por ejemplo. Opciones que, lamentablemente, no son muy utilizadas en el país.
Según una encuesta realizada por el Hospital Clínico U. de Chile a más de 3 mil jóvenes que participaron en la campaña de detección en 2017, menos del 20% de los consultados usaba preservativo y más del 60% nunca se había hecho el examen.
Factores que favorecen la propagación del virus, así como una menor percepción de riesgo y a las terapias, hacen que hoy no sea vista como enfermedad que causa la muerte, como ocurría antes.
CL/Aton Chile